Cuando pienso en las firmas de abogados, siempre viene a mi mente la historia de unos amigos, abogados talentosos. Habían aceptado un proyecto colosal: la adquisición de una empresa. El entusiasmo fue tal que no evaluaron adecuadamente su capacidad instalada de trabajo. 📉
El resultado fue un equipo de abogados trabajando más de 15 horas diarias durante una semana, pues no solo tenían ese proyecto, sino otros tantos de otros varios clientes.
Parecía que todo había salido a pedir de boca, hasta que un riesgo legal no advertido surgió, costándole dinero al cliente. ¿La razón? Sobrecarga laboral. No pudieron hacer una revisión exhaustiva debido a las limitaciones para atender toda la demanda de trabajo que tenían de dicho cliente y los demás.🚨
Esta historia me hace reflexionar. Todos conocemos abogados excelentes, pero incluso los más talentosos pueden caer en las trampas de una mala gestión. En muchos casos, la brillantez jurídica puede opacarse por la falta de planeación y habilidades en la gestión de proyectos y tiempos. Es como tener un Ferrari, pero no saber manejarlo.🚘
Actualmente, las empresas tienden a buscar el asesoramiento de abogados especializados para abordar cuestiones importantes y complejas. Es natural que deseen que la firma contratada esté disponible de inmediato para atender sus necesidades. Sin embargo, hay que tener en cuenta que si una firma maneja múltiples clientes y casos, como suele ser el caso, es un desafío dedicar toda su atención a un único proyecto. No obstante, es precisamente esta diversidad de casos la que enriquece su experiencia y la distingue en el mercado.
Entonces, ¿cómo se encuentra un equilibrio entre lo que el cliente necesita con rapidez y las otras responsabilidades del abogado?
La respuesta radica en la firma. Las políticas claras, la gestión de procesos y el equilibrio de cargas de trabajo son esenciales.
¿Imaginas saber exactamente cuánto tiempo tomará un trabajo y estar seguro de que los abogados dedicaron su máximo potencial al caso?
Esa es precisamente la diferencia entre una firma bien gestionada y otra que simplemente «apaga incendios».
¿Cómo saber si la firma que tienes contratada o que piensas contratar es del primer grupo? O Mejor:
¿Cómo saber si la firma legal que piensas contratar se encuentra lista para recibirte?
💡 Indaga sobre:
✔️¿Tienen un procedimiento de gestión de cargas de trabajo?
✔️¿Cómo planifican para cumplir entregas?
✔️¿Utilizan KPIs (Indicadores Clave de Rendimiento)? ¿Cuáles?
✔️¿Tienen un sistema de gestión de calidad? ¿Cuáles son sus pilares?
Al final del día, todos buscamos lo mejor. Queremos que nuestros proyectos y empresas sean manejados con precisión y excelencia. No hacerlo es como tirar dinero por la ventana.
Piénsalo dos veces antes de contratar. La próxima vez que necesites un abogado, no solo pienses en su capacidad legal. Reflexiona sobre la gestión detrás de ese talento.
Porque, después de todo, no queremos ser esa empresa que, por no hacer las preguntas adecuadas, termina pagando un precio alto. No sé tú, pero yo no quisiera sentirme así. ¡Asegúrate de tomar la mejor decisión!
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